La
vida es constante cambio y movimiento, renovación, regeneración y mejora
incesantes. Lo nuevo supera a lo viejo, unas células, especies e ideas mueren
para dar paso a otras, es un ciclo progresivo e infinito de una espiral
dialéctica.
Este
mundo tan hermoso y fructífero y lleno de injusticias y contradicciones al
mismo tiempo, se va en picada. No hace falta ser 'grandes economistas" o
"eminentes sociólogos" para darse cuenta de aquello (burbujas
financieras, corrupción, fanatismos religiosos, animalismo, misantropía, guerra
de los sexos, comida basura, cambio climático, enfermedades de laboratorio, futuras
guerras, nihilismo...)
Ahora
bien, solo quejarse NO ayuda en nada. La queja, la protesta es válida sólo si
va acompañada de la PROPUESTA, además de APORTAR VALOR A LA SOCIEDAD. Quizás el
aporte individual de cada uno, e incluso de un colectivo, en medio de esta
inmensidad social y geográfica parezca nulo, pero no es así. La gota de agua
parte la piedra no por su fuerza, sino por su constancia. Es aquí donde entra el
HOMBRE (MUJER) RENACENTISTA, ILUSTRADO Y DIALÉCTICO, las tres cumbres más altas
del conocimiento, la filosofía y la praxis transformadora.
El
RENACIMIENTO, aquella época que nos
trajo tantos avances científicos y culturales, que permitió arrinconar al viejo
mundo medieval y oscurantista, y comprender que cada persona debe forjar sus
mejores talentos para ofrecerlos a la colectividad. Antes de ayudar a los
demás, asegúrate de ayudarte primero a ti mismo, pues un ciego NO puede guiar a
otros ciegos y nadie da lo que no tiene. Una época donde se defendió el
antropocentrismo, contra el teocentrismo profundamente reaccionario, y que
incluso hoy en día debe ser defendida pues las élites promueven la misantropía
(odio a la humanidad, a la sociedad) aduciendo que ‘todos’ somos causantes de
los actuales males del mundo y además la peor ‘especie’ que ha poblado este
planeta. No es la ‘especie humana’ la que está destruyendo y arrasando la
naturaleza y a la misma sociedad, sino una pequeña porción de esa especie
(dividida en clases sociales) que está conformada por gobiernos y
corporaciones.
La
ILUSTRACIÓN, el grandioso Siglo de
las Luces, y todas sus ideas democráticas, progresistas y del laicismo;
precisamente en estos tiempos que han recrudecido todo tipo de fanatismos
religiosos, de sectas financiadas por la grandes potencias, se hace vital
levantar la bandera del laicismo (separación del Estado y la Iglesia, respeto a
todas las creencias incluido el ser ateo); de grandes pensadores y líderes como
Maximilien Robespierre y Jean-Jacques Rousseau que, pese a las limitaciones
propias de su tiempo, plantearon que “el
hombre es naturalmente bueno, es la sociedad que lo corrompe”. En esta
época se construyeron obras majestuosas como la Enciclopedia (Diccionario
Razonado de las Ciencias, las Artes y los Oficios), con la cual el mejor
conocimiento se entregaba a la sociedad para su transformación, demostrando así
que la pluma es tan poderosa como la espada.
La
DIALÉCTICA, el método moderno y
científico más riguroso para interpretar y transformar la realidad, para
encontrar las respuestas que siempre hemos estado buscando. El hecho tan
sencillo y la vez tan complejo de entender, que todo está en constante cambio y
movimiento, en la naturaleza, la sociedad y el pensamiento, sujeto a la ley de
la contradicción y de una forma progresiva e infinita en el tiempo y en el
espacio. La dialéctica nos permite comprender que el ‘ser social, determina la conciencia social’, son las condiciones
económicas de producción y distribución de la riqueza lo que genera las
instituciones políticas, sociales y culturales de una determinada sociedad. El
ser humano tiene la tendencia natural a la ayuda mutua y el cooperativismo,
desde la época de las cavernas, pues caso contrario ya nos hubiéramos extinguido
como especie hace cientos de miles de años. Más aún estamos en pleno proceso de
‘hominización’, de avanzar nuestro nivel de conciencia colectivo sobre de dónde
venimos, por qué existimos y hacia dónde vamos, es un largo y complejo proceso en
el que ‘el trabajo es el eje central’, que viene de milenios atrás y seguirá
milenios por delante, eso sí los tiempos actuales se están acelerando
notablemente.
El
Renacimiento, la Ilustración y la Dialéctica se sistematizan finalmente en el
método ‘C.P.P.’ como una gran herramienta de análisis, conocimiento, búsqueda de
la verdad, interpretación y transformación de la realidad.
LAS
DOS CARAS DE UNA MISMA MONEDA: el hombre (mujer) renacentista, ilustrado y
dialéctico, una persona que por un lado construye su mejor versión, que aporta
valor real y concreto a la sociedad (desde la academia, la cultura, su
profesión, el deporte, el activismo social, etc.), que se está actualizando
cada día y HACE no solo dice; que no le teme ni le "corre" a la
filosofía por más complejos y polémicos que sean los temas que hay que tratar;
y por otro lado disfruta de la vida y sus placeres bien merecidos. Sólo así se
alimenta el fuego que yace dentro de cada persona y que bien puede contribuir a
transformar el mundo.
Nos
queda mucho por hacer y ver cómo líderes en este siglo XXI, y también claro
disfrutar lo que la vida nos ofrece, el primer paso, de muchos otros, ser cada
día tu mejor versión para tener algo real y concreto que ofrecer y aportar al
mundo, construir poco a poco ese HOMBRE (MUJER) RENACENTISTA, ILUSTRADO Y
DIALÉCTICO!
NUEVA JUVENTUD